martes, 21 de agosto de 2012

15.


Hoy no he pegado ojo en toda la noche...
Tenía tanto miedo que el estómago se me encogió y desde entonces no me entra nada...
Siento al corazón gemir en cada centímetro de mi cuerpo, y el motor que producía su impulso cardiáco lucha por no desarmarse en un millar de piezas inconexas.
No sé que hacer, parece que estos días me he puesto el traje de inútil y haga lo que haga solo empeoro las cosas.
Es curioso, las horas pasan y he memorizado todas y cada una de las tallas del armario del dormitorio de mi abuela y aún así no puedo quitarme el tema de la cabeza.
Me duele todo, tengo un nudo tan grande en las entrañas que me llega hasta los ojos metamorfoseándose en un dolorcillo insistente.
Todo ha pasado de absurdo a incoherente y, dos personas que se quieren y quieren estar juntas ven su futuro en común como un fracaso.
Ya no existen los cuentos de hadas en los que el amor deshacía los hechizos, ya no basta un te quiero para ser felices... todo, en esencial la puta realidad se vuelve contra tí y te golpea una y otra vez hasta hacerte añicos... hasta estallar en mil pedazos, disolvéndote tras la pérdida de cada uno de ellos.
Él siempre ha quemado su bosque pero, no debería arrojar la cerilla a unos árboles tan débiles.

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