martes, 31 de julio de 2012

6.


Creo que no me entiendo ni yo misma. Me muero por mantener cualquier conversación. ya sea circunstancial o mediocre, con cualquier ser vivo e inteligente distinto a mi perro... pero me cabrea el mero crepitar de la voz de cualquiera.
Estoy susceptibvle, que coño, esto insoportable hasta el punto de preferir la reclusión entre estas cuatro paredes a el contacto son otro ser humano.
Solo salgo para sacar a Balto y hacer las compras. Me horroriza la palidez de mi rostro tatuado de ojeras y el reflejo de un cuerpo deformado por una mente enferma, tambaleándose en los cristales mal limpiados de los escaparates.
Es curioso como la cabeza juega malas pasadas...quien haya estado en mi situación comprender aquello de "cuanto menos como más engordo"...
Esto es de locos... solo espero que el insomnio me de tregua esta noche y consigua apaciguar a mis demonios.

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