martes, 31 de julio de 2012

4.


Estoy perdiendo el poco apetito que me quedaba. No me encuentro triste, solo aburrida y, aunque la gente suela hartarse de comer con el aburrimiento, mi estómago se sacia con el cúmulo incesante de horas muertas.
Para que engañarnos, después de tanto tiempo y avances me preocupa volver a caer en lo mismo... la falta de distracción despierta al monstruo de la autocrítica que vive en mi cabeza. Vuelve el "estas gorda", el "no te hace falta comer eso" y los terroríficos malabares para comer lo mínimo o saltarme la siguiente comida.
Todo vuelve a saberme a nada, de hecho hoy estaba cenando y, bocado tras bocado me daba cuenta de que no comía por hambre, que lo hacía porque era la hora impuesta.
Ya no me apetece llevarme nada a la boca, y aunque así fuese, esa vocecita se encargaría de quitarme esa idea de la cabeza.
Me miro en el espejo y centímetro por centímetro descubro que me destesto; no es que sea nada nuevo, pero llegué a recuperarme lo suficiente como para olvidarme del tema y rozar el alta.
No sé lo que va a pasar, y ese desconocimiento es el que me perturva.
Creo que he dado un resvalón y estoy yendo hacia atrás...
Será el momento de hablar con mi psicólogo?

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